Espacial
Ian Guedes, 28 de abr de 2024
Fifty years ago or after the Lua, I still have to question its veracity. Discover the arguments and refutations of the main conspiracy theories and draw your own conclusions.
En 1969, el mundo observó fascinado cómo Neil Armstrong daba sus primeros pasos en la Luna. Sin embargo, desde entonces, han surgido teorías conspirativas que cuestionan la veracidad de este hito histórico.
Meses después de la divulgación del logro, se publicaron las primeras sospechas que señalaban una posible farsa en la historia y en 1974, Bill Kaysing publicó el panfleto 'Nunca Llegamos a la Luna', en el que exponía muchos de los argumentos conspirativos. El astrónomo Philip Plait publicó en su libro Bad Astronomy, otra posible teoría: la NASA descubrió un error fatal en su cohete, lanzando su nave sin tripulación y enviando a los astronautas a una base en Nevada para simular toda la misión espacial y realizar las imágenes del logro. Según The Washington Post, esta es una de las primeras teorías de conspiración que tuvo eco entre los estadounidenses.
A pesar de los años y de las repetidas réplicas de la NASA, siguen apareciendo sitios web, libros y artículos dedicados a defender la conspiración.
La conspiración que nunca muere
De cualquier manera, refutar minuciosamente estas sospechas no surte mucho efecto, ya que siempre surgen nuevas cuestiones en el debate. La lógica conspirativa no construye un argumento sólido: basta con buscar fisuras en lo que se llama "versión oficial". Lanzan una infinidad de argumentos frágiles con la esperanza de que alguno de ellos se fije.
Eugenio Fernández, físico y autor de "La Conspiración Lunar, ¡qué Fraude!", nos recuerda que las explicaciones que contradicen las sospechas de los conspiracionistas "son más complejas y necesitan más tiempo". Es común no tener certeza si la radiación espacial es peligrosa o no, y cuál era la velocidad de la nave lunar al aterrizar.
Esto se une a la tendencia de confirmación, a la que todos nosotros sucumbimos a veces. Esta tendencia nos hace prestar atención a los datos que confirman nuestras ideas preconcebidas (como la idea de que no fuimos a la Luna), mientras ignoramos los argumentos contrarios que respaldan otras ideas.
Creyendo en teorías conspirativas también nos proporciona una sensación de confort: son narrativas que tienen una lógica interna y que nos ayudan a entender cosas inesperadas y aterradoras, razón por la cual también surgen con frecuencia en relación con ataques terroristas. La creencia en estas teorías puede ayudar a superar el sentimiento de impotencia y falta de control, como argumentan los psiquiatras Jack y Sara Gorman en su libro "Negando hasta el Fin".
Esto no niega el hecho de que los supuestos argumentos de los negacionistas son bastante superficiales. Como dice Plait en su libro, si fuera tan obvio que todo es una farsa tan burda que incluso se ve una bandera ondeando al viento, ¿por qué la Unión Soviética no la denunció hace 49 años, durante la Guerra Fría? Quizás porque, como afirmó el astronauta ruso Georgy Grechko: "Cuando recibíamos señales de la Luna, era de la Luna que las recibíamos, no de Hollywood".
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Licenciada en Psicología, Desarrollo de Sistemas y MBA en Gestión Empresarial por la FGV, soy una aprendiz constante, apasionada por los idiomas.
Las teorías de la conspiración son especulaciones que no se basan en evidencia científica. Puede ser divertido leerlos, pero es importante recordar que no son necesariamente ciertos. Antes de probar cualquier teoría de la conspiración, es importante hacer su propia investigación y evaluar la evidencia. También es importante señalar que las teorías de la conspiración pueden utilizarse para difundir información errónea y dañar a las personas.